Principal
La Región del Volcán
Comunidades del Parícutin
El Volcán Parícutin
Excursión al Parícutin
Retorno al Parícutin: El Libro
Caja-Objeto del Parícutin 2016
75 Aniversario en Ciencia Nicolaita
Museos de la Memoria: El Proyecto
Referencias actualizadas
Contacto
Ligas de interés
|
Modelo digital 3D de la Región del Volcán Parícutin
Introducción
La Meseta Purépecha y sus
volcanes
Los volcanes de la Región
del Volcán Parícutin
Edad de los volcanes de la RVP
Referencias
Introducción
La observación del nacimiento y extinción del Volcán Parícutin
representó un parteaguas académico en los estudios de vulcanología a nivel
mundial. Los estudios que se realizaron día a día durante su proceso de
erupción, generaron numerosos reportes científicos de las variaciones
petrológicas, químicas y físicas (e.g. Fries y Guitiérrez, 1949). Al mismo
tiempo, ya sea durante y después de su extinción se generaron importantes
estudios (Foshag y González-Reyna, 1956; Luhr et al., 1993), los cuales
representan una base y referencia fundamental en todo el mundo, para el estudio
de un proceso de vulcanismo monogenético.
La cartografía regional, por medio de la descripción de las
unidades geológicas expuestas en un área o un territorio, se plantea como base
para estudiar e interpretar las relaciones entre los diversos procesos
geológicos que ahí ocurrieron. El objetivo es evitar estudiar los procesos formadores
de montañas de manera aislada. El Volcán Parícutin se encuentra ubicado en la
Meseta Purépecha, la cual contiene numerosos edificios volcánicos, muchos de
los cuales son similares al mismo Parícutin, y en muchos otros casos, son
totalmente diferentes, ya sea en magnitud como en relaciones petrológicas y
morfológicas. Williams (1950), presentó un trabajo fundamental, en el que por
primera vez se describieron estos edificios volcánicos, estableciendo además
una edad relativa entre ellos. Demant (1981), realizó una tesis doctoral en la
Faja Volcánica Transmexicana, donde entre otras zonas, incluye un mapa con la
ubicación y esquematización de los volcanes de la región del Parícutin.
Posteriormente, Hasenaka y Carmichael (1985) y Hasenaka (1994), presentan un
trabajo fundamental en el que agrupan la Meseta Purépecha, dentro del sector
central de la Faja Volcánica Transmexicana y dentro de lo que ellos denominaron
el Campo Volcánico Michoacán-Guanajuato. El trabajo de estos últimos autores
resulta fundamental, en cuanto realizaron por primera vez un conteo y
descripción morfométrica de los diferentes edificios volcánicos, así como sucesivamente
presentan datos petrológicos y geoquímicos (Hasenaka y Carmichael, 1987),
mostrando las relaciones espaciales y proponiendo una migración temporal del
vulcanismo de norte a sur. A pesar de su notable contribución, los resultados
muestran una relativa generalidad, la cual después de más de treinta años, estos
trabajos continúan citándose sin cuestionar su actualidad. Solo recientemente se
observan algunas nuevas y exiguas contribuciones regionales (Siebe et al.,
2014) o la descripción detallada de algunos edificios volcánicos de la región
del Parícutin (RVP), como es el caso de El Metate (Chevrell et al., 2016).
A partir de una exhaustiva revisión bibliográfica, se observa
que a pesar de la importancia de los estudios y aportes realizados desde del
nacimiento del Volcán Parícutin en 1943, del cual hasta la fecha se sigue estudiando
y, por lo tanto, aún se generan publicaciones que muestran nuevas
contribuciones e interpretaciones del Parícutin como edificio volcánico aislado
(Larrea et al., 2017). Sin embargo, es notable que no se registren otros
estudios referidos al resto de los edificios volcánicos de la región del
Parícutin, que desde ahora denominaremos La Región Volcánica del Parícutin
(RVP). En suma, los estudios de cartografía y de correlación geológica de la
RVP, paradójicamente puede ser considerada como un área que ha sido pobremente
estudiada e inexplorada.
En este documento se presenta una breve revisión de la RVP,
partiendo del estudio pionero de Williams (1950): “Volcanoes of the Parícutin
región”. Por medio de una base actual de datos geográficos del INEGI, así como asistido
por el manejo de los sistemas de información geográfica (SIG) e imágenes de
Google Earth, se generaron y se ponen a disposición -ya sea en el texto, como
material suplementario-, las imágenes de la Región Volcánica del Parícutin
(RVP). Por otro lado, con la finalidad de que en este número especial de la
Revista Ciencia Nicolaita, pueda estimular nuevos estudios de geología regional
y local de los diferentes edificios volcánicos de la RVP, se presenta una breve
revisión de los datos morfométricos, petrológicos y geocronológicos publicados
hasta la fecha.
La Meseta Purépecha y sus
volcanes
La Meseta Purépecha forma parte del CVMG y representa una de las
regiones fisiográficas más notables de Michoacán. Se refiere a una
región fisiográfica de altiplano (plateau), que se caracteriza por mostrar en
sus zonas relativamente bajas, llanos con formas colinares de baja pendiente,
con una altura basal media entre 2200 y 2,400 m s.n.m, en donde se concentran y
resaltan números conos y edificios volcánicos de diversas dimensiones,
incluyendo el Volcán Parícutin.
El paisaje de la Meseta Purépecha, está dominado por la
formación de numerosos edificios volcánicos y sus productos de derrames de lava
y depósitos piroclásticos. La altura de los edificios volcánicos es variable y
presentan un desnivel entre 100 y 400 metros para los conos volcánicos simples,
así como >800 metros para otros edificios volcánicos que revelan un mayor
volumen y una mayor complejidad volcánica.
Considerando que los edificios volcánicos de la RVP mantienen
bien conservada su geometría, por medio de un simple análisis de imagen, en
muchos casos se facilita determinar una temporalidad relativa entre ellos.
Diversos estudios de geocronología y morfometría de los
edificios volcánicos (Hasenaka y Carmichael, 1985; Hasenaka 1994; y referencias
in), indican que los edificios volcánicos son de edad Cuaternaria y presentan
una geometría y relaciones geométricas, que en promedio están caracterizadas
por tener una relación entre el diámetro basal y el diámetro del cráter de 1/5
(Hco/Wco), así como por sus desniveles menores de 300 metros. Por otro lado,
generalmente están constituidos por material de escoria volcánica, asociados
con depósitos piroclásticos de caída y algunos derrames de lava, los cuales
muestran una composición basáltico-andesítica.
Los volcanes de la Región
del Volcán Parícutin (RVP)
Los límites del área de La Región Volcánica del Volcán Parícutin
(RVP) que se considerará en este artículo fue delimitada por primera vez por
Williams (1950); dentro un polígono rectangular aproximadamente de 49 x 40 km y
un área de ~1954 km2,
la cual está delimitada hacia el sur y suroeste con la ladera norte del
estrato-volcán o Pico del Tancítaro con 3860 m s.n.m., al norte con la región
del estrato-volcán Patamban y al este sureste con Uruapan y Paracho.
De acuerdo a un primer inventario de edificios volcánicos,
Williams op cit, menciona que en esta
área se concentraban más de 150 conos cineríticos y 20 grandes volcanes. Los
cerros más altos se refieren al Tancítaro (3840 m), Purísima (3276 m), Angahuan
(3260 m) y El Águila (3340 m). Por su parte los conos volcánicos presentan una
altura variable entre 80 y 480 metros. Posteriormente, Demant (1981) presenta
un mapa de la misma región, en la que esquematiza con mejor detalle los
diferentes centros eruptivos de la región. Posteriormente, Hasenaka
y Carmichael (1985), presentan un esquema generalizado de lo que ellos definen
como el Campo Volcánico Michoacán – Guanajuato ó CVMG, en el cual se
incluye la RVP: La mejor aportación de estos autores se refiere a la
publicación de una serie de tablas, en donde incluyen los nombres y parámetros
morfométricos de los diversos edificios volcánicos que ellos identificaron para
el CVMG. El número y la tipología morfológica de los edificios volcánicos de la
RVP de estos autores serán revisadas y discutidas adelante.
Con la finalidad de facilitar la descripción del vulcanismo
reciente de la RVP, en la figura, se presenta un modelo digital de sombras de
la zona de estudio. A partir de esta imagen es posible identificar con relativa
elocuencia la distribución regional y relación entre los diferentes geoformas
“cónicas” de los aparatos volcánicos. Por razones de espacio y resolución, para
esta imagen solo se muestran como referencia las principales localidades de
asentamientos humanos. Sin embargo, los nombres en purépecha para cada edificio
volcánico fueron revisados a partir de los mapas de Williams (1950) y Demant
(1981), los cuales a su vez después fueron cotejados y complementados, utilizando
las hojas topográficas del INEGI escala 1: 50 000 (E13B29, E13B39, E14A21, E14A31).
Con
el objetivo de mostrar con mayor
elocuencia un acercamiento regional del paisaje volcánico de la RVP, se
sugiere comparar la figura anterior con el modelo digital de
elevaciones en tercera dimensión que se presenta al incio de la página,
en donde es
posible identificar con mayor facilidad el desnivel real entre los
edificios
volcánicos. Notar como la
pendiente regional muestra una tendencia regional, la cual baja de
altura de
manera drástica hacia el sur-sureste, para converger hacia el sistema
de
drenaje de la cuenca del Río Cupatitzio y de Nuevo Urecho.
Sin lugar a dudas, la estructura volcánica más notable se
refiere al estratovolcán del Tancítaro, la cual ha sido bien definida de
composición prevalentemente andesítica (Williams, 1950: Ownby et al., 2007). La
geoforma resalta por su altura y fuerte pendiente y, si bien, es posible
observar la geometría basal semicircular de este gran edificio volcánico, la
pendiente y sobre todo la geoforma de su cima ya no puede ser referida a una
forma cónica ideal de un estrato-volcán. Para su comparación, considere el
lector que la dimensión y forma de este edificio volcánico debería ser
comparable a la forma cónica perfecta que actualmente se observa en el Volcán
de Fuego de Colima. De hecho, la característica de una geoforma erosionada, ya
sea en la cima, como en las laderas del Tancítaro, ya ha sido previamente
estudiada y de acuerdo a Ownby et al., 2007, se han registrado al menos dos grandes
colapsos: i) entre 500 mil años en la ladera oeste y ii) de alrededor de 200
mil años en la ladera este. El desmembramiento de este gran edificio volcánico
ha dado lugar a un gran volumen de depósitos de avalancha y lahares, los cuales
durante su colapso han rellenado en gran parte la base de la cuenca del Bajo
Balsas (Ownby et al., 2007).
Por otro lado, también a partir de estas simples imágenes, es
oportuno hacer notar que a pesar de la abundancia y predominancia de los conos
volcánicos (tipo Parícutin), también presentan una notable diferencia en
dimensión, volumen y altitud en relación con los edificios de tipo escudo (e.g.
Angahuan y C. El Aguila), los cuales muestran una relación aproximada y
proporcional de 1/40.
Edad de los volcanes de la RVP
En relación con su temporalidad, es decir con la edad en la que
se emplazaron los diferentes edificios volcánicos de la RVP, es oportuno
mencionar que ya desde la década de 1950, se había descrito de manera general una
cronología relativa entre los aparatos volcánicos (Williams, 1950). Las
unidades geológicas más antiguas de la región se refieren a las rocas
plutónicas y volcánicas que se exponen al sur de Uruapan, a lo largo del Rio
Cupatitzio y en la Planta Hidroeléctrica Zumpinito, las cuales fueron ya
reconocidas por Williams (1950), denominándolas Formación Zumpinito y
asignándoles una edad genérica del Eoceno. Recientemente, se han obtenido
edades isotópicas en una cuarzo-monzonita que aflora a la altura de Matanguarán
y presentan edades entre 38-43 millones de años (Schaaf et al., 1995). Por otro
lado, en relación con la edad de los diferentes edificios volcánicos de la RVP,
basado en un orden simple de superposición relativa entre ellos
(sobreyace/infrayace), así como en su índice de disección de drenaje, que
indicaría el nivel de exposición y erosión, Williams (1950), estableció una
primera temporalidad relativa indicando que el Volcán de San Marcos sería el
más antiguo, seguido de otros centros eruptivos “coalescentes” como el cerro
del Aguila de Paracho, cerros de Angahuan, La Purísima y Los Hornos, para culminar
con el vulcanismo más joven referido a los diferentes cónos volcánicos de menor
dimensión, nominados por este autor como “Younger Volcanoes”. La edad más joven
de los conos volcánicos, en efecto es relativamente simple de confirmar, en
cuanto muchos de estos centros eruptivos se apoyan directamente en las laderas semi-erosionadas
de los grandes edificios volcánicos o bien, se encuentran distribuidos en una
serie de llanos semi-planos que muchas veces cortan estos mismos aparatos de
mayor dimensión.
Para este artículo, se presenta una compilación bibliográfica,
encontrándose 32 edades isotópicas que se han realizado y publicado hasta el
momento en la RVP. Para su fácil visualización, todas estas edades
fueron proyectadas en un modelo digital de sombras.
En principio, excepto la edad del C. Aguila de Paracho (60.1
ka), resulta evidente una amplia concentración de los datos obtenidos para su
fechamiento en la porción sur, así como un gran vació de datos hacia el centro
y norte de la RVP. Por otro lado, en relación con las edades obtenidas, en
efecto, la más antigua se refiere al cuerpo plutónico de Matanguarán (Formación
Zumpinito, Williams, 1950), la cual se refiere a una roca de composición de
cuarzo- monzonita que fue fechada con una edad de 37.9 millones de años (Schaaf
et al., 1995). Después de esta edad del Oligoceno y de alrededor de 40 millones
de años, se observa un gran hiatus,
es decir que a las edades más antiguas que se han reportado, se reportan muestras con edades menores a 1 millón de
años, por lo tanto, serán reportadas en miles de años (ka). Por ejemplo, las
edades del Pico del Tancítaro varían entre 254 y 209 ka. Sin embargo, Ownby et
al. (2007) ha reportado una edad más antigua de 740 ka ubicada al sur de
Peribán y que corresponde a un bloque aislado de Avalancha, por lo que el autor
sugiere que las edades más antiguas del estratovolcán Tancítaro podría variar
entre 1 y 1.5 millones de años.
Como se puede ver en la Figura anterior, los
volcanes en escudo o de mayor dimensión, en realidad no son siempre los
edificios volcánicos más antiguos como proponía Williams (1950), en cuanto se
han reportado edades para edificios de menor dimensión, variando entre 730.11
ka (C. La Cruz), 305.1 ka (Tejamanil) y 298 ka (La Soledad). Entonces si
consideramos la edad del C. Aguila (60.1 ka) y del Metate (4.5 ka), sugiere que,
aunque naturalmente dependerá de una zona específica, el emplazamiento de ambos
tipos de edificios volcánicos, es decir los conos volcánicos tipo Parícutin y
los aparatos en escudo tipo c. Águila habría ocurrido en realidad en forma
relativamente contemporánea.
En relación con el vulcanismo denominado histórico, es decir a
aquellos eventos volcánicos en donde el ser humano pudo haber sido testigo, es
oportuno señalar que dentro de las edades más jóvenes predominan los pequeños
edificios volcánicos como el C. Perenchjuata (7.7 ka), La Alberca de San Juan
(4.5), El Metate (4.5 ka), El Jabalí (3.83 ka) y por supuesto, El Volcán Parícutin
con 75 años. De hecho, es muy probable que existan otras edades relativamente
recientes o históricas, en cuanto se observan numerosos conos volcánicos y
otros depósitos tipo spatter de menor
volumen que se han emplazado directamente sobre las laderas de las grandes y
medianas estructuras volcánicas en forma de escudo con edades menores de 40 mil
años.
Por último, es importante señalar que existe otro criterio para
estimar las edades de los conos cineríticos, se refiere al análisis del grado
de intemperismo y erosión de los edificios volcánicos (Valentine et al., 2015).
Este método establece básicamente que es posible estimar una edad considerando
(y midiendo), a partir de un hipotético “nacimiento” o tiempo cero (T0),
para continuar con un progresivo índice de destrucción del edificio volcánico
por los procesos de erosión e intemperismo (Tn). Para estos
estudios, en particular se utiliza el estudio de la forma del cráter, así como del
desarrollo e índice de disección del drenaje fluvial de las laderas de un
edificio volcánico. Estos estudios se conocen también como morfometría de
volcanes; de los cuales hasta el momento esta región, solo ha sido estudiada
por Hasenaka y Carmichael (1985) y Hasenaka (1994) y, aunque aporta importantes
datos, pero considerando que su trabajo lo realizó en el entero CVMG, se limita
en documentar ciertos parámetros morfométricos y una clasificación tipológica
general que será discutida en el siguiente apartado.
Referencias
Ban, M., Hasenaka, T., Delgado-Granados, H., Takaoka, N., 1992.
K-Ar ages of lavas from shield volcanoes in the Michoacan-Guanajuato volcanic
field, Mexico. Geofísica Internacional 31: 467-473.
Cebriá, J.M., Martiny, B.M., López-Ruiz, J., Morán-Zenteno,
D.J., 2011. The Parícutin calc-alkaline lavas: New geochemical and petrogenetic
modelling constraints on the crustal assimilation process. Journal of
Volcanology and Geothermal Research 201: 113-125.
Chevrel, M.O., Guilbaud, M.N., Siebe, C., 2016. The AD 1250
effusive eruption of El Metate shield volcano (Michoacán, Mexico): Magma
source, crustal storage, eruptive dynamics, and lava rheology. Bulletin of
Volcanology 78 (4): 1-32.
Connor, C., 1990. Cinder cone clustering in the Trans-Mexican
volcanic belt: implications for structural and petrologic models. Journal of
Geophysical Research 95: 19395-19405.
Corona-Chávez P. 2002. Parícutin: una de las doce maravillas
naturales del mundo. Universidad de Michoacán, México.
http://www.umich.mx/mich/volcan-paricutin/Paricu22.pdf.
Corona-Chávez, Pedro, Margarita Reyes-Salas, Victor Hugo
Garduño-Monroy, Isabel Israde-Alcántara, Rufino Lozano-Santa Cruz, Ofelia
Morton-Bermea y Elizabeth Hernández-Álvarez 2006. Asimilación de xenolitos
graníticos en el Campo Volcánico Michoacán-Guanajuato, el caso de Arócutin
Michoacán, México. Revista Mexicana de Ciencias Geológicas. 23 (2): 233-245.
Demant, A., 1981. Interpretación geodinámica del volcanismo del
Eje Neovolcánico Transmexicano. Revista del Instituto de Geología UNAM 5:
217–222.
Ferrari, L., Lopez-Martínez, M., Aguirre-Díaz, G.,
Carrasco-Núñez, G., 1999. Space–time patterns of Cenozoic arc volcanism in
central Mexico. From the Sierra Madre Occidental to the Mexican volcanic belt.
Geology 27, 303–306.
Ferrari, L., 2000. Avances en el conocimiento de la Faja
Volcánica Transmexicana durante la última década. Boletín de la Sociedad
Geológica Mexicana 53: 84–92.
Ferrari, L., Orozco-Esquivel, M.T., Manea, V., Manea, M., 2012.
The dynamic history of the Trans- Mexican Volcanic Belt and the Mexico
subduction zone. Tectonophysics, 522/523: 122-149.
Foshag,W.F. and González,R.J. 1956. Birth and development of
Paricutin Volcano, México: Bull.Geol.Survey, p.355-489.
Fries, C., 1953. Volumes and weights of pyroclastic material,
lava, and water erupted by Paricutín volcano, Michoacán, Mexico. Transactions
of the American Geophysical Union 34, 603-616.
Fries,C.Jr. and Gutiérrez,C. 1949. Activity of Paricutin Volcano
(México). From August 1948 to February 1952: Am.Geoph.Uni., Vol.31-35, No.3.
Gómez-Tuena, A., Orozco-Esquivel, M.T., Ferrari, L., 2005.
Petrogénesis ígnea de la Faja Volcánica Transmexicana. Volumen conmemorativo
del centenario. Temas Selectos de la Geología Mexicana. Boletín de la Sociedad
Geológica Mexicana 57(3): 227-283.
Gómez-Vasconcelos, M.G. 2018. El Volcán Paricutín en el Campo
Volcánico Michoacán-Guanajuato: una revisión. Ciencia Nicolaita. Este volumen.
Hasenaka, T., 1994. Size, distribution, and magma output rate
for shield volcanoes of the Michoacan-Guanajuato volcanic field, Central
Mexico. Journal of Volcanology and Geothermal Research 63: 13-31.
Hasenaka, T., Carmichael, I.S.E., 1985. The cinder cones of
Michoacán-Guanajuato, central Mexico: their age, volume and distribution, and
magma discharge rate. Journal of Volcanology and Geothermal Research 25:
104-124.
Hasenaka, T., Carmichael, I.S.E., 1987. The cinder cones of
Michoacan-Guanajuato, Central Mexico: petrology and chemistry. Journal of
Petrology 28: 241-269.
Larrea P., Salinas, S., Widoma, E., Siebe,
C.,Robbyn J.F. Abbitt. 2017. Compositional and volumetric development of a
monogenetic lava flow field: The historical case of Paricutin (Michoacán,
Mexico). Journal of Volcanology and Geothermal Research 348 (2017) 36–48.
Le Bas, M. J., Le Maitre, R. W., Streckeisen, A., Zanettin, B.,
1986. A chemical classification of volcanic rocks based on the total alkali–
silica diagram. Journal of Petrology 27: 745-750.
Luhr, J.F, Carmichael I.S.E, 1985. Jorullo volcano, Michoacan,
Mexico (1759–1774); the earliest stages of fractionation in calcalkaline
magmas. Contributions to Mineralogy and Petrology 90: 142–161.
LUHR, J.F., 2001. Glass inclusions and melt volatile contents at
Paricutin Volcano, Mexico. Contrib. Mineral. Petrol. 142, 261–283.
Luhr, J.F., Simkin, T., 1993. Paricutín: The volcano born in a
Mexican cornfield. Phoenix. Geoscience Press, Smithsonian Institution, 427 pp.
McBirney, A.R., Taylor, H.P., Armstrong, R.L., 1987. Paricutin
re-examined; a classic example of crustal assimilation in calcalkaline magma.
Contributions to Mineralogy and Petrology 95: 113–137.
Ownby, S., Delgado-Granados, H., Lange, R.A., Hall, C., 2007.
Volcán Tancítaro, Michoacán, Mexico, 40Ar/39Ar constraints on its history of
sector collapse. Journal of Volcanology and Geothermal Research 161: 1–14.
Pacheco, J., Mortera-Gutiérrez, C., Delgado-Granados, H., Singh,
S., Valenzuela, R., Pardo M., Suárez G., 1995. Shape of the subducted Rivera
and Cocos plates in southern Mexico: Seismic and tectonic implications. Journal
of Geophysical Research 100 (B7): 12357-12373.
Pasquaré, G., Ferrari, L., Garduño, V.H., Tibaldi, A., Vezzoli,
L., 1991. Geology of the central sector of the Mexican Volcanic Belt, States of
Guanajuato and Michoacan. Geological Society of America Map and Chart Series,
MCH 072, 22 pp.
Pioli, L., Erlund, E., Johnson, E., Cashman, K., Wallace, P.,
Rosi, M., Delgado Granados, H., 2008. Explosive dynamics of violent Strombolian
eruptions: the eruption of Parícutin Volcano 1943–1952 (Mexico). Earth Planet.
Sci. Lett. 271, 359–368.
Segerstrom,K. 1956. Erosion studies at Paricutin, State of
Michoacán, México: Bull.Geol.Survey, p.1-164.
Schaaf, P.,Morán-Zenteno, D., Hernández-Bernal,M.,
Solís-Pichardo, G., Tolson, G., Köhler,H., 1995. Paleogene continental margin
truncation in southwestern Mexico: geochronological
evidence. Tectonics 14 (6), 1339–1350. doi:10.1029/95TC01928.
Siebe, C., Guilbaud, M.N., Salinas, S., Kshirsagar, P., Chevrel,
M.O., De la Fuente, J.R., Hernández-Jiménez, A., Godínez, L., 2014. Monogenetic
volcanism of the Michoacán-Guanajuato Volcanic Field: Maar craters of the
Zacapu basin and domes, shields, and scoria cones of the Tarascan highlands
(Paracho-Paricutin region). Field Guide, Pre-meeting Fieldtrip (Nov. 13-17) for
the 5th International Maar Conference (5IMC-IAVCEI), Querétaro, México, 33 p.
Valentine GA, Connor CB (2015) Basaltic volcanic fields. In:
Sigurdsson H, Houghton BF, McNutt SR, Rymer H, Stix J (eds) Encyclopedia of
volcanoes, 2nd edn. Academic, London, pp 423–439
Wilcox, R.E., 1954. Petrology of Paricutin Volcano, Mexico. U.S.
Geological Survey Bulletin 965C: 281-353.
WIlliams, H.1950. Volcanoes of the Parícutin region.
U.S.Geological Survey Bulletin. 969B: p165-279.
Derechos Reservados Copyright@
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Tierra
Última actualización 3/septiembre/2020
|
|
|